Somos el entorno que construimos

Construir un entorno en el que las empresas puedan desarrollar sus actividades de manera sostenible para proyectar un futuro que las consolide en sus distintos mercados como compañías que realizan aportes significativos sociales, económicos y medioambientales, es un reto que se puede cumplir.

Para lograrlo, hay que comprender que los públicos de interés con los que las empresas interactúan, alcanzan una relación muy cercana con estas compañías y los convierten en grupos más preparados y exigentes a la hora de argumentar peticiones, entablar diálogos y realizar solicitudes específicas de los aportes que consideran necesarios.

Por esa razón, la clave para cumplir los objetivos de un entorno sano, sostenible y con proyección, es contar con personal formado y calificado para lograr diálogos sociales conscientes; hombres y mujeres empáticos y con vocación, que se pongan en los zapatos del otro, entiendan su realidad y no improvisen, pues esto podría traer consecuencias reputacionales incalculables.

La experiencia demuestra que a las comunidades les gusta que las escuchen de frente y mirándolas a los ojos, porque es allí donde comprueban si les hablan por interés o con un verdadero propósito de aporte social. Y es justamente en esas conversaciones donde se construyen los verdaderos lazos de confianza que generarán valor para las dos partes.

De esta manera, entender a los públicos desde sus raíces, su diversidad, sus preocupaciones o incluso desde sus temores, es la mejor herramienta para diseñar planes que se ajusten a su realidad y de esta manera lograr resultados significativos que se traduzcan en empresas con actividades sostenibles y públicos con una proyección de futuro más enriquecedora.